Llega el día de la carrera, a sus puestos, ya sabemos qué nos toca a cada voluntario, y empieza a fluir el día, aunque con unos gradicos menos hubiese sido ideal.
Comienza la carrera de txikis donde el reírse está asegurado, por más que lo dijo Javi por el micro, para cuando hizo PUM el cohete, alguno ya había dado unas zancados. La vida es un juego y nos lo vuelven a recordar.
Salen los menos txikis, aquí se ve que se lo han preparado, van a superar sus marcas y sacan más competitividad, aunque también vimos a Ekain y Mateo que compartieron la prueba de principio a fin y entraron dándose un abrazo, esto también es deporte, ¡¡AUPA!!
Son las 10:30 y vuelve a sonar el cohete, esta vez es la prueba grande. Iñigo Macías aparece en la plaza haciendo un tiempo de 37´39´´, Roberto Carlos Trejo lo hace unos segundos después y segundos más tarde Carlos Ruiz. Maite Beregaña y Arancha Tejero son las primeras chicas en cruzar la línea de meta con unos tiempos muy diputados de 47´25´´ y 47´28´´ respectivamente, siendo tercera Aitziber Etxeberría a los 53´27´´. Grande el aplauso para todas y todos, excelente trabajo.
Tenemos que mencionar también a Ana Rivas y a Gotzon Pereda. Además de llevaros el premio a la veteranía daros las gracias porque es un placer contagiarnos con esa sonrisa y alegría con la que venís siempre.
Como locales los 3 primeros fueron Aitor Seminario, Natxo Gallego y Tristán Gail y las neskas que se animaron a correr fueron Lea Kromer y Andrea Juvera. El estruendo que suena en la plaza cuando entra un local marca la diferencia. Zorionak a todas y todos, y a los que entraron detrás, este año fuisteis muchos los que os animasteis.
Este año estuvieron presentes Saharako Kabiak. Vinieron a explicarnos que son una asociación sin ánimo de lucro, comprometida con el pueblo saharaui manteniendo la red de bibliotecas y creando nuevas. Con ellos colaboramos con el euro solidario.
Llegó la entrega de premios y la temperatura volvió a subir con cada premio que cantaba Ione y la ovación del público, poniendo la guinda divertida y alegre a esta fiesta en la que todos los años nos gusta participar.
Llegó la entrega de premios y la temperatura volvió a subir con cada premio que cantaba Ione y la ovación del público, poniendo la guinda divertida y alegre a esta fiesta en la que todos los años nos gusta participar.
Acto seguido, y para finalizar, tuvimos nuestro pintxo y nuestro vino para compartir con los asistentes lo vivido durante la jornada y empezar a pensar en la siguiente.
¡Contamos contigo, el próximo año nos volvemos a ver!
